Fotografía cedida

El Colegio de Médicos organiza la presentación del libro el 5 de mayo, a las 17:00 horas, vía telemática. Los interesados en asistir deben inscribirse previamente en el formulario cuyo acceso te facilitamos en la parte superior de esta información

1. ¿Cómo y cuándo surge la idea de escribir este libro? Su compañera en este proyecto, María José Ros García, psicóloga general sanitaria, ha aportado también los conocimientos vinculados a su especialidad… ¿Cómo ha sido el proceso de documentación, investigación y colaboración entre Medicina y Psicología?

Matías Ros (MR) - En el año 2006, el Sistema Nacional de Salud publicó una Guía de Autoayuda para pacientes con Depresión muy útil, tanto para los pacientes como para sus familiares. 

A partir de ahí, en colaboración con mis compañeros de Psicología del Centro de Salud de Cieza, fuimos creando Guías para la reducción de la ansiedad, de la agresividad, del insomnio, de los trastornos obsesivo compulsivos, etc.

En 2014, elaboré un trabajo sobre Dependencia de Benzodiazepinas a dosis terapéuticas, que no se publicó, pero la parte esencial del mismo se ha incluido como un capítulo más del libro que ahora presentamos.

En 2019, María José y yo emprendimos el proyecto de agrupar todas las Guías y otros textos, como el de la Dependencia de Benzodiazepinas, añadiendo los contenidos necesarios, que pretendíamos que fuera una Guía para la mejora del trastorno mental común y las adicciones. Dicho libro tenía 2 partes: una parte de Consejos Generales para todos los tipos de trastorno mental común y otra parte con Consejos Específicos para cada tipo de trastorno.

Pero cuando ya lo teníamos casi terminado, comenzó la pandemia y consideramos que el proyecto estaría incompleto y desfasado si no incluíamos todos los efectos que la pandemia provocaba sobre la Salud Mental. A partir de ese momento, fue María José quien, entre los meses de abril y septiembre, se ocupó de recopilar toda la bibliografía que iba apareciendo sobre la pandemia y la Salud Mental.

Al mismo tiempo, tuvimos que añadir una tercera parte que se ocupara de las consecuencias de la pandemia y que fue realizada íntegramente por María José, y en la que se ocupó, entre otras cosas, de analizar el impacto de la pandemia en nuestras vidas, de las consecuencias para la Salud mental del confinamiento,  tanto para la población adulta como infanto-juvenil,  del impacto de la pandemia en los profesionales sanitarios,  de los problemas de Salud Mental más frecuentes asociados a la pandemia, de las repercusiones de la misma sobre los pacientes con problemas de Salud Mental previos y de las recomendaciones principales para prevenir las complicaciones de Salud Mental derivadas de la pandemia.

Como resultado, obtuvimos nuestro libro, elaborado desde la colaboración y el respeto por nuestras profesiones y con el que ofrecemos herramientas muy prácticas para afrontar la vida desde esta nueva perspectiva, la de la pandemia.

2. Esta obra está dirigido a los médicos de Atención Primaria, con el fin de ayudarles a abordar la patología mental en sus pacientes y en relación con la pandemia… ¿Qué se van a encontrar los lectores en sus páginas?

MR - Sí, como ya hemos adelantado, el libro está configurado en 3 partes:

La primera parte aborda aspectos generales relacionados con la mejora de todos los problemas de Salud Mental.

También recoge consejos generales para la mejora de la Salud Mental.

La segunda parte aborda aspectos de Salud Mental relacionados con la pandemia  y en la tercera parte se proporcionan consejos específicos para la mejora de cada uno de los trastornos mentales comunes, las adicciones, la prevención de la agresividad y del suicidio, consejos para mejorar las disfunciones sexuales asociadas a los trastornos mentales comunes, información sobre trastornos de la conducta, etc.

3. ¿Cómo ha afectado la pandemia a la salud mental de los ciudadanos? ¿Cuáles son esas consecuencias para la salud mental asociadas a la experiencia de una pandemia, confinamiento, cambios en las formas de vida, restricciones…?

María José Ros (MJR) - Hemos vivido y estamos viviendo tiempos difíciles, de continuas modificaciones y pérdidas. Tiempos que exigen imperantes adaptaciones y adquisición de nuevos recursos.  La falta de medios y el aumento de la demanda de problemas mentales, junto con la necesidad urgente de tratamientos ante la progresión de la Pandemia, ha resaltado el hecho de que la salud mental está viviendo una de las mayores crisis de los últimos tiempos.

La ambigüedad y la no controlabilidad que supuso este virus han causado un elevado estrés psicosocial. Su carácter invisible e impredecible, su letalidad, los flujos de información a veces contradictorios, el incesante vaivén de olas de contagios masivos, junto con los cambios constantes en las medidas de contacto social, no ha hecho otra cosa que mermar los factores protectores personales, haciendo que las estructuras de personalidad se quiebren, que nuestros recursos cognitivos ya no sean suficientes.

Son muchos los factores que han influido. Cuando uno se siente mal, sufre, suele pasar por todos los especialistas antes de acudir a un psicólogo o psiquiatra, lo que agrava el diagnóstico y el pronóstico. En numerosos casos, los pacientes con problemas psicológicos no piden ayuda hasta que se encuentran muy sobrepasados, porque sufren en silencio ante el estigma que supone hacer visible este hecho o porque desconocen o no identifican lo que les está ocurriendo.

Esto lleva a muchas personas a quedarse fuera de estos recursos por no disponer tampoco de medios económicos para acudir a los circuitos privados. A estas circunstancias hay que añadir que, ante las medidas de distanciamiento, se tuvieron que cerrar o limitar la actividad de centros de día, centro asistenciales asociaciones y fundaciones, quedando los recursos psicosociales disminuidos drásticamente.

A raíz de estos hechos, desde las consultas hemos observado un aumento sustancial de dificultades y trastornos.

También me gustaría subrayar el efecto que la pandemia está ejerciendo sobre los pacientes con enfermedad mental previa, mermando especialmente sus defensas, limitando los medios que empleaban para su mejora (pues sabemos que durante los confinamientos y periodos de restricción se suspendieron muchas terapias y recursos psicosociales), lo que ha agravado su estado y aumentado su desamparo.

4. ¿Cómo han vivido los especialistas de Salud Mental esta pandemia por COVID19?

MR - Como psiquiatra en el Centro de Salud Mental de Cieza, donde trabajo, durante la primera ola de la pandemia -con el fin de prevenir el contagio de todo el equipo y para poder garantizar la continuidad asistencial- el equipo se dividió en dos grupos: durante dos semanas, un grupo permanecía en el Centro de trabajo y el otro grupo hacía teletrabajo desde su domicilio.

Durante ese turno, el grupo que estaba en Cieza se organizaba el trabajo de manera que solamente un psiquiatra se ocupaba de atender a los pacientes que venían al Centro por algún tipo de urgencia, mientras que los otros psiquiatras y psicólogos no tenían contacto presencial alguno con ningún paciente, y se ocupaban de hacer las consultas vía telefónica. Pasado ese periodo, se hacía el cambio de grupo y los profesionales que habían estado teletrabajando en casa, se incorporaban al Centro siguiendo con la misma organización de la actividad.

Durante la primera ola de la pandemia, la trabajadora social tuvo un papel muy relevante, teletrabajando, en la atención a los problemas que planteaban los pacientes que padecen trastornos mentales graves, ya que, como la mayoría de ellos estaba en algún Centro de Día del Área, en ese momento estaban muy desamparados, de tal manera que cuando algún paciente presentaba alguna situación que requería respuesta inmediata, la trabajadora social del Centro de Día se lo hacía saber a todo el equipo la situación. Gracias a esto, se conseguía que los pacientes más graves estuvieran siempre atendidos por su psiquiatra.

El Equipo de Salud Mental de Cieza habilitó una línea de teléfono para atender las consultas de los sanitarios que estaban en primera línea para ayudarles si presentaban problemas de estrés, sobrecarga, saturación, indefensión, ansiedad, depresión, insomnio, o cualquier otro problema.

Entre los trastornos más frecuentes relacionados con la pandemia, destacan los trastornos de ansiedad, trastornos de pánico y agorafobia, el Síndrome de la Cabaña o de reclusión excesiva y desproporcionada y el trastorno de estrés postraumático.

MJR - Respecto a los profesionales de la Psicología, lo que ha pasado es que se han visto sobrepasados de trabajo, con un aumento muy significativo de dificultades, síndromes y trastornos, y como se ha descrito anteriormente, con casos muy graves debido a que las personas no piden ayuda hasta que se encuentran muy sobrepasadas.

5. ¿Qué nos podríais decir de cara al futuro?

MJR - El futuro se presenta todavía con incertidumbre. Aunque es verdad que cada vez hay más población vacunada, los efectos secundarios de las vacunas están desarrollando muchos miedos e inseguridades.

Por ello, creemos que debemos prestar especial atención y cuidado a la salud mental, estableciendo rutinas para su cuidado (fomentando pensamientos y emociones positivas, manteniendo una vida activa, practicando mindfulness y relajación, caminando a diario, manteniendo nuestra red de contactos, etc.) y pidiendo ayuda profesional cuando la situación lo requiera.

6. Un mensaje para los compañeros en esta complicada situación…

MJR - A los compañeros, a los valientes que estuvieron y siguen en primera línea de batalla, a los que trabajaron sin descanso y con el fuerte compromiso de ayudar, a todos los que aprendieron a “bailar bajo la lluvia”… a todos ellos, les dedicamos un sincero homenaje desde nuestro libro.

Por ello, hemos dedicado un capítulo en el que tratamos las dificultades psicológicas a las que se han ido enfrentando, ofreciendo consejos prácticos para sobrellevar la situación de manera más saludable.

7. Como profesionales, un mensaje para los ciudadanos…

MJR - A los ciudadanos, les pedimos que pidan ayuda cuando sientan que lo necesitan y que no esperen a estar tan sobrepasados; que usen los recursos y que soliciten más si no hay; que confíen en los profesionales de la salud mental; que no escondan ni silencien sus problemas… Y es que ahora más que nunca, la salud mental es cosa de todos.

Publicado el 26 de abril de 2021