MIGUEL FERNNDEZ VIVAS ES EL PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD MURCIANA DE MEDICINA INTENSIVA Y UNIDADES CORONARIAS

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Miguel Fernández Vivas es el presidente de la Sociedad Murciana de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias

Jefe de Sección del Servicio de Medicina Intensiva en el hospital Virgen de la Arrixaca, hablamos con él para conocer de primera mano los proyectos y objetivos en los que trabaja esta Sociedad, que aglutina a los especialistas en activo, MIR que están cursando la especialidad en la Región de Murcia y también intensivistas ya jubilados

 

¿Qué es la Sociedad Murciana de Medicina Intensiva y a cuántos especialistas aglutina?

La Medicina Intensiva se ocupa de los pacientes susceptibles de recuperación, con disfunción o fracaso actual o potencial de uno o varios órganos, que representa una amenaza para su vida. Se ocupa también del soporte del potencial donante de órganos.

Fundamentalmente, se lleva a cabo a nivel hospitalario en las unidades de cuidados intensivos. Son servicios centrales de carácter polivalente donde se atienden a los pacientes críticos, tanto médicos como quirúrgicos. Habitualmente también se atienden las paradas cardiorrespiratorias que se producen en planta de hospitalización. En algunos hospitales las unidades de semicríticos también son atendidas por intensivistas. En estas unidades ingresan pacientes que requieren monitorización estrecha sin medidas avanzadas de soporte vital. También puede ejercerse en el ámbito extrahospitalario para transporte del paciente crítico o en la atención de situaciones de catástrofe.

La Sociedad Murciana de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias está formada por los especialistas en Medicina Intensiva y los médicos internos residentes que están haciendo su formación para conseguir la especialidad. En la red pública trabajan 105 intensivistas en activo. Además, cada año comienzan a hacer su especialidad ocho residentes. Dado que la duración de la formación es de cinco años y que por diversas circunstancias no todos terminan su formación, podemos estimar que solemos tener unos 35 médicos residentes. No podemos olvidar a nuestros intensivistas ya jubilados. Muchos de ellos siguen acudiendo a los eventos científicos de la Sociedad y nos honran visitándonos en nuestras unidades, dando valiosos consejos y ánimo para afrontar la complejidad de nuestro trabajo.

 

¿Cuál es su historia y cómo ha evolucionado en nuestra Región?

En la Guerra de Crimea de 1854, la enfermera Florence Nightingale separó a los soldados muy graves de los que sólo tenían heridas leves para cuidar a los primeros de manera especial y más intensiva. El resultado fue una significativa reducción de la mortalidad.

La idea de concentrar enfermos críticos en un área común vuelve a tomar fuerza a mediados del siglo XX, haciendo posible la recuperación de pacientes muy graves que hasta entonces se consideraban irreversibles. Se experimentó con éxito en los numerosos casos de insuficiencia respiratoria crítica durante las epidemias de poliomielitis de los años 50 y en los heridos de las guerras de Vietnam y Corea.

En España, durante los años 70 surge la posibilidad de formación postgraduada específica en Medicina Intensiva. Figuras como los doctores Juan Antonio Gómez Rubí, Ginés Torres y Gumersindo González fueron determinantes para el desarrollo de la Medicina Intensiva tanto en nuestra Comunidad como en toda España.

En los años 70-80 arranca la Medicina Intensiva en Murcia con unas pocas camas en el antiguo Hospital Virgen de la Arrixaca, el actual Hospital Morales Meseguer. En la actualidad tienen Servicio de Medicina Intensiva seis hospitales de la red pública, con un total de 120 camas, y dos hospitales privados. En estos años hemos asistido a un asombroso incremento en la complejidad técnica de los métodos diagnósticos, de monitorización y terapéuticos que utilizamos en nuestra especialidad.

A finales del siglo XX comenzaron a tener fuerza los programas de donación de órganos. La Medicina Intensiva siempre ha colaborado estrechamente con la Organización Nacional de Trasplantes en la selección de potenciales donantes y atención al paciente trasplantado. España ocupa un lugar de liderazgo a nivel mundial y la Región de Murcia lo ocupa a nivel nacional.

Sin duda, la reciente pandemia por Coronavirus ocupa ya un lugar destacado al hablar de la historia de la Medicina Intensiva. Nuestra estructura sanitaria, nuestra formación y nuestra entrega a los pacientes se puso a prueba más que nunca. Nuestras unidades se vieron tensionadas y desbordadas. El aumento de cargas de trabajo obligó a una completa reorganización asistencial. Tuvimos que contemplar mucho sufrimiento de los pacientes y también de sus familiares por la enfermedad de sus seres queridos, la falta de acompañamiento y la muerte en aislamiento y soledad. Los intensivistas sufrimos estrés, agotamiento, frustración ante la alta mortalidad y sentimientos de angustia y culpa ante la toma de decisiones muy difíciles. Todo ello nos afectó a nivel personal y familiar, pero éramos conscientes de que los pacientes merecían todo nuestro esfuerzo.

 

¿Cuál es la línea de trabajo actual de la Sociedad?

La Sociedad Murciana de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias está integrada en la Sociedad Española de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias (SEMICYUC) que tiene varios grupos de trabajo como: Insuficiencia respiratoria; metabolismo y nutrición; planificación, organización y gestión; sedación, analgesia y delirium; toxicología; neurointensivismo; donación y trasplantes; etc. Hay varios proyectos en los que se participa activamente como Bacteriemia Zero, Neumonía Zero, Resistencia Zero, UCI sin fronteras; y se participa en registros de gripe, covid, ENVIN, ARIAM, etc.

Una de las técnicas que ha cobrado gran importancia en los últimos años es la membrana de oxigenación extracorpórea (ECMO). Se pusieron en marcha dos programas que hacía universal la atención de nuestros pacientes en toda la región: El programa ECMO extrahospitalario de vivo para pacientes de insuficiencia respiratoria refractaria o shock cardiogénico dependiente del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Virgen de la Arrixaca y el programa de perfusión regional normotérmica con ECMO para donación en asistolia controlada dependiente de la Coordinación de Trasplantes.

 

¿Cómo valora la situación actual de su especialidad: recursos humanos y técnicos, ¿formación MIR…?

La Comunidad Autónoma de Murcia tiene 1500000 habitantes. Actualmente, son seis los hospitales de la red pública que disponen de unidades de cuidados intensivos con un total de 120 camas. Dos hospitales privados disponen también de camas de UCI. Aunque la ratio de camas de UCI por 100000 habitantes ha mejorado en los últimos años (no llegábamos a 7 y ahora estamos en 8), seguimos por debajo de la media nacional (10,4 camas por 100000 habitantes) y, por supuesto, de la europea.

Antes de la pandemia ya sufríamos largos periodos de colapso de nuestras UCI, especialmente en los meses de invierno. La reciente pandemia por Coronavirus acentuó este problema evidenciando dramáticamente la falta de camas para poder atender a tantos enfermos con la dignidad que merecían. Puede volver a pasar. El fenómeno de globalización hace probable que suframos nuevas pandemias en el futuro.

Tenemos además el problema del envejecimiento de la población. Los recursos sanitarios se consumen muy especialmente por encima de los 60-70 años cuando es mayor la incidencia de cardiopatía isquémica, enfermedades cerebrovasculares, aparición de neoplasias, etc.

Todo esto hace que la situación sea muy preocupante. No disponemos de suficientes camas para afrontar los picos asistenciales que se producen y menos aún para lo que vendrá: mayores necesidades por el envejecimiento de la población y riesgo de nuevas pandemias.

Además, la población de intensivistas también envejece. Si hacen falta más camas de UCI, harán falta más intensivistas para atender a los pacientes que ocupen esas camas. Durante varios años muchos especialistas recién formados se han ido a otras comunidades porque se les ofrecían mejores contratos. De momento, no está asegurado el relevo generacional.

 

¿Y los retos para el futuro?

El principal reto es que la UCI salga de su precaria situación. Necesitamos más camas, formar a más residentes y ofrecer contratos más dignos a los especialistas recién formados. Soy consciente de que no es fácil gestionar el dinero disponible, pero es necesario priorizar bien las necesidades y que el dinero del contribuyente no se despilfarre en banalidades.

Las aperturas de UCI en el Hospital Santa María del Rosell de Cartagena y de Caravaca pueden paliar el déficit estructural, pero para aproximarnos a la media nacional necesitamos también la ampliación de algunas de las UCI actuales.

Tenemos más retos como abrir unidades de semicríticos llevadas por intensivistas; implantar consultas postingreso en UCI; llevar la UCI fuera de la UCI, con mayor presencia de intensivistas en planta de hospitalización como apoyo a nuestros compañeros de otras especialidades; y dar plenitud a los proyectos de humanización para que la estancia de nuestros pacientes y sus familiares sea lo más confortable posible tanto a nivel físico como emocional.   Publicado el 26 de junio de 2023

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