EL DR. MIGUEL DE PACO MOYA ES EL JEFE DE SERVICIO DE MEDICINA INTERNA DEL HOSPITAL COMARCAL DEL NOROESTE

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Fotografía: Enrique Soler

 

Miguel de Paco es el jefe de Servicio de Medicina Interna del Hospital Comarcal del Noroeste. Hemos hablado con él para que nos cuente cómo se encuentra el centro actualmente y el trabajo y esfuerzos realizados para adaptar el Servicio a la evolución de la pandemia


 1. Estos últimos días, las cifras COVID parece que han dado un respiro con una disminución de los contagios diarios registrados, pero... ¿cuál es la situación actual en el Hospital Comarcal del Noroeste?

A fecha de hoy, 9 de febrero, la situación en el hospital ha mejorado notablemente con respecto a las semanas anteriores.

En la actualidad, hay 11 enfermos ingresados con diagnóstico de infección por COVID en la planta de Medicina Interna y 3 más en la Unidad de pacientes  semicríticos que precisan soporte respiratorio, que está ubicada en el área de Reanimación y es llevada por médicos especialistas en Anestesia, cifra total que es –aproximadamente- un tercio de los pacientes que teníamos la semana anterior.

Aún así, el hospital dista mucho de funcionar con normalidad. Al estar ocupada la Reanimación por estos pacientes, la actividad quirúrgica está restringida a los procesos urgentes y las prioridades uno que no se pueden demorar.

Las consultas externas y las pruebas complementarias también están afectadas: funcionan, pero a un ritmo menor y procurando reducir la presencia de pacientes y acompañantes al mínimo imprescindible.

Todavía es mucho el personal que está de baja laboral o en cuarentena por contactos estrechos con positivos y parte del personal ha sido desplazado de sus puestos habituales a otras tareas relacionadas con la atención a pacientes COVID, lo que afecta al normal funcionamiento de los servicios.

En resumen, aunque mejoran las cifras de contagiados y de hospitalizados… todavía estamos muy lejos de lo que es el funcionamiento normal del centro.

 

2. Tras un año de pandemia y todavía inmersos en una de las olas más violentas de la COVID19 en nuestra Región... ¿cómo viven los profesionales del área 4 esta pandemia por COVID19?

A lo largo de este triste año, la situación ha ido cambiando al compás de los cambios en la evolución de la pandemia. En la primera ola de la enfermedad, el área IV no sufrió una gran incidencia. No obstante, en los profesionales predominó el miedo por lo desconocido, por la ausencia de EPIS y por lo que veíamos en las noticias que ocurría en el resto de España. A pesar de la baja incidencia, el impacto en la asistencia fue mucho, pues hubo una suspensión total de la actividad considerada como no esencial.

La segunda ola estaba prevista pero se adelantó en el tiempo. Cuantitativamente fue mucho más dura y sufrimos también numerosas bajas entre los profesionales, especialmente por confinamiento. El Servicio y el hospital estuvieron al límite de su capacidad y hubo que derivar numerosos pacientes a Centros de otras Áreas (pacientes no solo de UCI, sino también de hospitalización convencional). Fueron momentos muy duros de trabajo y de incertidumbre pero ya estábamos dotados de medios de protección adecuados y también se mejoró la dotación de equipamientos técnicos del Centro. Todos los profesionales realizaron un gran trabajo de actualización de conocimientos y de adaptación a las nuevas formas de trabajo.

En la tercera ola, se han repetido la alta incidencia y la altísima ocupación. Los mecanismos de distribución de pacientes en otras áreas del Servicio Murciano de Salud han funcionado correctamente, pero aún así hemos tenido que habilitar el área de Reanimación como unidad de semicríticos respiratorios con necesidad de ventilación mecánica, con lo que eso implica para el funcionamiento de resto de especialidades, no ya médicas sino, también, quirúrgicas.

Los profesionales estamos muy preocupados por la situación actual. Tenemos muchos pacientes a los que vemos sufrir largamente. Algunos se recuperan completamente, otros lo hacen con muchas secuelas y otros, lamentablemente, fallecen. Estamos viendo el dolor de familias enteras afectadas que, además de sufrir la enfermedad en diversos grados de gravedad, tampoco pueden atender ni acompañar a sus enfermos como les gustaría.

Todos los profesionales estamos haciendo un esfuerzo inmenso por estar al día en esta nueva enfermedad, con novedades que surgen continuamente -especialmente en los tratamientos- a la vez que vivimos fuera del trabajo la dureza de los confinamientos, el sufrimiento económico de nuestros familiares y conocidos  y, también hay que decirlo, los comportamientos irresponsables de unas minorías que ponen en peligro el esfuerzo y el sacrificio de la mayoría de la población.

Además, las circunstancias especiales que vivimos hacen que los profesionales que continúan trabajando no puedan disfrutar de los merecidos días de descanso por guardias, vacaciones y días de libre disposición. Por todo ello, el cansancio físico y psicológico se nota en todo el personal, que aún así trabaja a diario dando todo lo mejor de sí mismo.

Quería recordar a los compañeros que están o han estado enfermos, agradeciendo su esfuerzo y su sacrificio y deseándoles una pronta recuperación. Mención especial a dos de ellos que se encuentran ingresados en UCI. Todos los compañeros y amigos estamos con ellos y con sus familias.

 

3. ¿Cómo ha afectado y afecta la pandemia a los profesionales del Servicio de Medicina Interna del hospital y a su actividad?

Muchísimo. La actividad del Servicio se ha reorganizado por completo. En primer lugar, quiero hacer la distinción entre Servicio de Medicina Interna -que engloba a todas las especialidades médicas y la especialidad de Medicina Interna propiamente dicha-.

Con la pandemia, los internistas hemos sido claramente insuficientes para atender a los paciente COVID ingresados, por ello hemos necesitado (y la hemos tenido con excelente predisposición) la ayuda del resto de especialidades médicas que forman el Servicio.

Se han creado equipos multidisciplinares para la atención de estos pacientes, compuestos por internistas, geriatras, neumólogos, alergólogos, cardiólogos, digestólogos, endocrinos, neurólogos y reumatólogos. Para ello, se han elaborado unos protocolos de diagnóstico, tratamiento, seguimiento evolutivo y alta que todos los especialistas han tenido que estudiar. Igualmente, han recibido formación en ventilación no invasiva.

También ha sido fundamental el trabajo en equipo con los compañeros especialistas en Anestesia y con los médicos de Urgencias Hospitalarias. Y no se puede olvidar la importancia  que está teniendo en esta pandemia el resto de personal sanitario y no sanitario, que tienen que trabajar en situaciones muy difíciles, con mucha carga laboral y emocional y que están colaborando de forma imprescindible a la solución de los problemas.

Mención especial hay que hacer a la Enfermería, que ha tenido que "especializarse" -a toda prisa y sobre el terreno- para atender a este tipo de pacientes, de características muy especiales, que requieren una atención muy técnica, laboriosa y minuciosa por su parte. De igual forma, han tenido que suplir, en muchas ocasiones, las carencias afectivas y el aislamiento que han padecido los pacientes, mostrando una gran profesionalidad y una humanidad dignas de alabanza.

Las consultas externas también se han resentido, las de MI y Geriatría han pasado largas temporadas suspendidas por completo y, posteriormente, se han tenido que recuperar la actividad perdida, lo que supone otro esfuerzo extra para los profesionales. Las consultas de especialidades médicas y las pruebas complementarias también han sufrido importantes mermas en su actividad, bien porque los profesionales han debido formar parte del equipo COVID, bien por bajas laborales y/o confinamientos. Ello ha supuesto un gran esfuerzo de organización y una sobrecarga laboral para sus profesionales. En primer lugar, para intentar que se afectara lo menos posible la asistencia y, en segundo lugar, para recuperar los retrasos inevitablemente sufridos.

 

4. ¿Cómo es el día a día del Servicio y cómo se ha reorganizado para cubrir la situación actual?

Muy diferente a como era antes. Las sesiones clínicas ahora son de formación sobre COVID y sobre ventilación mecánica no invasiva. Además, todas se realizan con un aforo limitado de profesionales para cumplir con las indicaciones. Como ya he explicado antes, los equipos COVID son multidisciplinares. Y debido a lo cambiante de la situación en cuanto a pacientes COVID, a pacientes no COVID y también a las incidencias reseñadas en los profesionales, las decisiones sobre la actividad hay que tomarlas sobre la marcha: con frecuencia ocurre que lo que se planifica un día haya que cambiarlo a primera hora del día siguiente.

También se trabaja en estrecha colaboración con los anestesistas. Cada mediodía hay una sesión conjunta entre el equipo COVID y el personal de guardia de MI y de Anestesia, en la que se repasa uno por uno el estado de los pacientes y las posible complicaciones que puedan surgir. Igualmente, se colabora con los médicos de Urgencias en la toma de decisiones con respecto a los pacientes COVID, ingreso o alta, tratamientos, etc.

 

5. ¿Cómo valora la situación actual de su especialidad en la Región: recursos humanos y técnicos, formación MIR...?

La especialidad está en permanente estado de revisión y cambio. La realidad de la Medicina Interna es muy diferente en los grandes hospitales y en los centros comarcales. En los primeros, con muchas especialidades pujantes y con necesidad de espacio y pacientes, la Medicina Interna debe luchar por mantener su sitio y la creación de unidades -tanto específicas como multidisciplinares- es una herramienta útil para ello.

En cambio, en los hospitales comarcales, el servicio acoge a todas las especialidades médicas y es mucho más sencillo el trabajar de forma global y unificada, centrados en la asistencia integral del paciente, como es el espíritu de la Medicina Interna. Además, también se están creando unidades que coexisten con las consultas generales, con la de enfermedad tromboembólica venosa, la de hepatopatías y la de enfermedades infecciosas, con las que se procura dar a nuestros pacientes una asistencia específica de mayor calidad.

En cuanto a los recursos… estos son muy limitados, principalmente de espacio y equipamientos técnicos. Ahí sí que tenemos importantes limitaciones, aunque es cierto que en los últimos años han mejorado y se han paliado, en parte, estas deficiencias.

El sistema MIR es un muy buen sistema de formación de especialistas, que en nuestra Región es llevado a cabo en los grandes hospitales, con notables resultados. A este respecto, los hospitales comarcales echamos de menos una rotación de los residentes, en su cuarto o quinto año, por nuestros centros, lo que sin dudas ayudaría a completar su formación con una visión más amplia y real de la asistencia sanitaria regional.

 

6. Los hospitales comarcales han insistido, históricamente, en la idea de que son "los grandes olvidados por las administraciones"... ¿cuáles son las demandas actuales de su hospital, además de la reiteradamente solicitada UCI?

Fundamentalmente dos: mayor espacio físico y completar las plantillas.

El hospital nació pequeño y la última reforma solo consiguió paliar en parte este aspecto. La necesidad de más camas de hospitalización es innegable. En los años normales, sin pandemia, los pacientes de Medicina Interna exceden -con mucho- la capacidad de nuestras camas, de forma que ocupamos de forma permanente camas inicialmente adjudicadas a servicios quirúrgicos. Ello es especialmente notable en invierno, épocas de gripe... pero sucede de forma habitual durante todo el año, y es fácil comprender los problemas que ello acarrea, especialmente de personal y de programación quirúrgica. En consultas externas, los problemas de espacio son especialmente graves. Lógicamente, esta falta de espacio se ha visto realzada en la actual situación de pandemia.

En cuanto a los problemas de personal, en los últimos años la dotación de especialistas ha crecido mucho en nuestro hospital. Se  han creado nuevas especialidades y se oferta a nuestros pacientes una asistencia de gran calidad científico-técnica y humana.

Este gran paso no ha sido suficiente. Por una parte, casi  todas las especialidades están muy justas de personal y -en algunas- el número de facultativos es claramente insuficiente. Algunas cuentan con un solo facultativo adscrito. Se entiende, fácilmente, que así es muy difícil mantener una atención estable y continuada en el tiempo. Por otra parte, este crecimiento ha puesto de manifiesto las carencias de espacio que sufre el Centro con consultas en salas pequeñísimas y en condiciones precarias, salas de espera en pasillos y facultativos que –directamente- carecen de una consulta propia y tienen que ir cambiando cada día a una de las que están libres.

Por último, aunque esto también ha mejorado algo en los últimos años, existe una gran desproporción entre la formación y destreza técnica de nuestros especialistas y la calidad y actualización de los equipos de que se les dota para su trabajo. 

Como bien dices, la UCI para nuestro centro ha sido reiteradamente solicitada… Pues bien, en esto la pandemia nos ha dado la razón: se ha demostrado que es más que necesaria para una mejor atención sanitaria en el área. Todos los profesionales, y también la población, esperamos que en cuanto la situación lo permita se retome su proyecto y se haga con más ganas y energías para que pronto pueda ser una realidad.


Publicado el 11 de febrero de 2021

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