Fotografía cedida

La Dra. Juana Plasencia es radióloga en el hospital Morales Meseguer de la capital murciana. Hemos hablado con ella para que nos traslade su valoración de la especialidad y de la situación sanitaria en su generalidad

1. ¿Cómo valoras la situación actual de tu especialidad: recursos humanos y técnicos, formación MIR, investigación…?

Todos somos conscientes de la importancia de la imagen para el diagnóstico hoy día. Las solicitudes de pruebas diagnósticas aumentan a un ritmo exponencial y no parece que esta tendencia vaya a cambiar. Sin embargo, el número de radiólogos no aumenta al mismo ritmo. Es por ello por lo que las posibilidades profesionales del radiólogo son innumerables, la demanda altísima y la subespecialización cada vez mayor. Nuestra especialidad ha estado en continuo desarrollo siempre, y mucho más en las últimas décadas con la incorporación de herramientas tecnológicas y nuevos modos de organización. La formación de nuestros residentes es intensiva ante la ampliación constante del campo de la Radiología, pero ante este gran desarrollo, creemos que un quinto año de especialización es cada vez más necesario. Obviamente, para suplir esta necesidad, la oferta de plazas MIR para radiólogos tendría que ampliarse. Por otra parte, quizá paradójicamente es en la Universidad donde nuestra especialidad, contada por el radiólogo, es más desconocida dentro del ámbito médico. Nuestro Servicio es muy activo al respecto. Creemos que, tras una semana intensiva de prácticas, los estudiantes de Medicina terminan sorprendidos de las posibilidades de nuestra especialidad y nos consta que muy agradecidos. Finalmente, la investigación es también algo en auge en nuestra especialidad, con muchas posibilidades. Desarrollarla de manera multidisciplinar permite maximizar sus beneficios, dirigiéndola hacia las incógnitas y problemas más relevantes y fomenta la sensación de equipo. Requiere de un esfuerzo importante, pero en el largo plazo proporciona satisfacciones y permite poner nuestra creatividad al servicio de las necesidades de nuestra profesión.

2. ¿Y los retos de la especialidad para el futuro?

Dar a conocer nuestra labor diagnóstica y terapéutica a la población general y a los pacientes en particular. A menudo el radiólogo es una pieza fundamental en los equipos multidisciplinares, es el experto por excelencia con 4 años formativos en pruebas de imagen, y aporta datos decisivos para individualizar el manejo del paciente. Pero el paciente no nos pone cara ni conoce nuestro papel. No deja de ser nuestra responsabilidad, pues los radiólogos en general no nos mostramos demasiado y esto no nos beneficia. Por eso agradecemos mucho estas oportunidades. Por otra parte, integrar en nuestra práctica diaria la inteligencia artificial, potencialmente útil a muchos niveles de nuestra actividad profesional, es otro de nuestros actuales retos. El radiólogo tiene un papel fundamental en participar del desarrollo y aplicación práctica con utilidad real de cualquier nueva tecnología relacionada con el diagnóstico por imagen. En realidad, es algo que llevamos haciendo siempre, y ésta es una herramienta más. Debemos testar estas nuevas herramientas, decidir cómo las vamos a utilizar, contar nuestras necesidades a la industria para futuros desarrollos, etc. En definitiva, estar ahí.

3. ¿Cómo te ha afectado la pandemia en tu vida profesional?

Estamos realmente muy cansados. Indudablemente, la pandemia ha puesto de manifiesto como nunca nuestra vulnerabilidad como personas. Pero también la generosidad, capacidad de trabajo en equipo, de lucha por salir adelante y solidaridad entre personas y profesionales. En todas las categorías de trabajadores sanitarios a mi alrededor he visto a diario ejemplos de sentido del deber, valentía y fortaleza para sobreponerse a la adversidad, como han sido los estresantes cambios constantes de organización. Todo ello sin perder la compasión por el paciente contagiado. Digo esto porque esta experiencia me ha hecho sentir que profesionalmente formo parte de algo más grande que nosotros mismos, los pequeños profesionales. Para mí esto ha implicado un aprendizaje único como profesional. Intuyo que es un sentimiento generalizado.  Por otra parte, la necesidad también ha agudizado el ingenio, reinventando a marchas forzadas nuestras formas de organización para atender la altísima demanda que requería atención primaria y hospitalizada. Poco a poco, vamos aprendiendo cómo se desenvuelve el virus al ritmo que la ciencia lo permite. Afortunadamente, también hemos podido contribuir en este aspecto científico desde nuestro Servicio.

4. ¿Cuáles crees que son los principales problemas de la profesión médica a día de hoy?

El desarrollo tecnológico explosivo al que asistimos hoy día implica disponer de muchas más herramientas diagnósticas, pronósticas, etc. Sin embargo, se le tiende a dar un valor mucho mayor a las pruebas diagnósticas por imagen que a la anamnesis y exploración clínica de toda la vida, que están quedando tristemente relegadas. Esto está haciendo que se estén perdiendo habilidades clínicas básicas. Debemos ser conscientes de que la tecnología es una herramienta muy importante, pero quizá debamos resistirnos a emplearla como la única herramienta. Perder las habilidades propiamente humanas del médico y la cercanía con el paciente es contraproducente, y lo vemos a menudo en las nuevas generaciones de médicos.  Por otra parte, creo que tenemos la obligación de colaborar entre profesionales, de entendernos. Nos fortalece como colectivo, y es enriquecedor y beneficioso, tanto para el profesional como para el paciente, fin último de nuestro trabajo.  

5. Un mensaje para los ciudadanos…

Ahora que parece que vemos la luz de la ansiada normalidad al final del túnel de esta pandemia, diría que una vez leí algo como que quien no tenga tiempo para ocuparse de preservar su salud, deberá tenerlo más pronto que tarde para ocuparse de la enfermedad, y me pareció muy acertado.  La prevención siempre es mejor y más efectiva que la curación. Todos somos responsables de tratar de proteger nuestra propia salud, de cuidarnos para intentar retrasar la aparición de enfermedades crónicas. Los servicios sanitarios, más a menudo de lo que nos gustaría, solo podremos aliviar o acompañar en la enfermedad.

6. Un mensaje para los compañeros…

En nuestra especialidad, como en muchas otras, la falta de recursos es cada vez más notoria.  La gran demanda de pruebas de imagen para el diagnóstico y seguimiento de la gran mayoría de procesos, no compensada con un aumento acorde del número de radiólogos, es la raíz de muchos otros problemas. Están ya en marcha muchas opciones para dar una respuesta más ágil a la demora generada. Sin embargo, la colaboración y coordinación entre todas las piezas de este engranaje, entre especialistas y también entre hospitales, mejorará nuestro buen hacer y nuestra eficiencia. Como Servicio central, la colaboración para nosotros es vital y, en mi experiencia, una de las principales fuentes de satisfacción. Cuando el ambiente colaborativo desaparece, el resultado empeora para todos y, principalmente, para el paciente.

7. Como profesional… ¿qué puede hacer el Colegio de Médicos por ti?

Agradecemos enormemente la oportunidad de visibilizar nuestra especialidad. El apoyo y la representación en la sociedad que supone el Colegio para toda la comunidad médica como grupo son fundamentales. Somos conscientes de que somos minoritarios y de que nuestros recursos son limitados para las necesidades sanitarias poblacionales actuales. Será bueno que todo el colectivo médico aprendamos a gestionar eficaz y eficientemente estos recursos para poder salir reforzados como grupo, remando todos en la misma dirección, mejorando así nuestro servicio y labor a la población. Pero también será importante y muy de agradecer que podáis dar a conocer nuestra labor de manera transparente a la opinión pública, tratando de evitar manipulaciones y tensiones de las que algunos pocos puedan sacar partido a nivel individual.

Publicado el 28 de febrero de 2022