DRA. SONSOLES CASTRO: "NUESTRA OBLIGACIÓN COMO MÉDICOS ES EL COMPROMISO CON LOS PACIENTES, AÚN EN CONDICIONES DE INSEGURIDAD Y DESPROTECCIÓN"

noticia Colegio de Medicos Murcia
 
La representante nacional de Médicos de Administraciones Públicas comenta que al principio viví está pandemia con mucha incertidumbre, como ciudadana y como médica. “Con poca información y contradictoria en muchas ocasiones. Sin normas claras de un comportamiento adecuado desde el punto de vista sanitario. Con un gran temor a contagiar a mi familia. Además, tratando de tranquilizar, en la medida de lo posible a los compañeros, pues mi profesión me lleva a estar rodeada de personas sin formación sanitaria alguna”, argumenta.
Entre las lecciones que ha sacado del funcionamiento del sistema sanitario durante este año subraya que “la principal, y esto ha sido reconocido afortunadamente por toda la sociedad, es que nuestra sanidad funciona gracias a los estupendos profesionales que trabajan en ella. Y que hay muchas cosas mejorables en cuanto a planificación, organización y dotación de recursos, materiales, pero sobre todo de personal”.
Señala, entre las medidas que considera más urgentes a implementar tras este año, la relevancia de instaurar “una buena política de contratación de profesionales que evite la tremenda temporalidad actual. Una apropiada evaluación y planificación de recursos humanos para hacer frente a las numerosas jubilaciones que forzosamente se producirán en los próximos años. Sin olvidar que las remuneraciones deben se adecuadas a la labor realizada. Y una revisión de infraestructuras y recursos para disponer de los medios necesarios que garanticen una asistencia sanitaria adecuada y en condiciones de igualdad para todos los pacientes”.
Sobre la teleasistencia, que ha tenido una presencia destacable durante la pandemia, expone que “no es simplemente una consulta telefónica con escasos medios y médicos sobrecargados de llamadas y sin tiempo para contestarlas  y gestionarlas. Debemos saber, y los pacientes entender, que la verdadera teleasistencia es algo más complejo y que requiere de una tecnología y una familiarización con su uso que no puede improvisarse. Se necesita inversión y formación”.
Considera que si los profesionales hubieran estado más presentes en la toma de decisiones “hubiesen sido otras, y creo sinceramente que mejores, si se hubiese escuchado a los profesionales que luchaban día a día con el virus y sus consecuencias. Y a los numerosos expertos, de muchos ámbitos, que han ido aportando sus conocimientos, y a los que en principio no se tuvo en cuenta”.
Respecto a cómo han afrontado los profesionales los riesgos a los que se han enfrentado durante esta etapa, la Dra. Castro asegura que “la prevención de riesgos laborales asociados a esta pandemia ha merecido muchas objeciones y reproches, tantos que incluso algunos han venido por la vía de sentencia con condena a las administraciones que no procuraron los debidos equipos de protección a sus trabajadores. En los primeros días del estado de alarma, en mi caso concretamente, debía hacer los reconocimientos en las guardias con una simple mascarilla y un par de guantes. Y en el caso de las autopsias, aún peor...Ahora la situación es diferente, afortunadamente, pero no igual en todas las comunidades”.
La Dra. Castro concluye que la obligación de los profesionales a dar todo de sí en situaciones de inseguridad y desprotección como las que se han vivido podría terminar en el Código de Deontología, el Juramento Hipocrático y la legislación estatal y autonómica. Sin embargo, afirma que “la obligación de los médicos parte del compromiso ético y moral que se adquiere con el paciente y la profesión, así que pregunte al médico que pregunte, seguro que le dirá que nuestra obligación es también nuestro compromiso con los pacientes y con nuestro trabajo, aún en condiciones de inseguridad y desprotección como las vividas”.
 

La representante nacional de Médicos de Administraciones Públicas comenta que al principio viví está pandemia con mucha incertidumbre, como ciudadana y como médica. “Con poca información y contradictoria en muchas ocasiones. Sin normas claras de un comportamiento adecuado desde el punto de vista sanitario. Con un gran temor a contagiar a mi familia. Además, tratando de tranquilizar, en la medida de lo posible a los compañeros, pues mi profesión me lleva a estar rodeada de personas sin formación sanitaria alguna”, argumenta.


Entre las lecciones que ha sacado del funcionamiento del sistema sanitario durante este año subraya que “la principal, y esto ha sido reconocido afortunadamente por toda la sociedad, es que nuestra sanidad funciona gracias a los estupendos profesionales que trabajan en ella. Y que hay muchas cosas mejorables en cuanto a planificación, organización y dotación de recursos, materiales, pero sobre todo de personal”.


Señala, entre las medidas que considera más urgentes a implementar tras este año, la relevancia de instaurar “una buena política de contratación de profesionales que evite la tremenda temporalidad actual. Una apropiada evaluación y planificación de recursos humanos para hacer frente a las numerosas jubilaciones que forzosamente se producirán en los próximos años. Sin olvidar que las remuneraciones deben se adecuadas a la labor realizada. Y una revisión de infraestructuras y recursos para disponer de los medios necesarios que garanticen una asistencia sanitaria adecuada y en condiciones de igualdad para todos los pacientes”.


Sobre la teleasistencia, que ha tenido una presencia destacable durante la pandemia, expone que “no es simplemente una consulta telefónica con escasos medios y médicos sobrecargados de llamadas y sin tiempo para contestarlas  y gestionarlas. Debemos saber, y los pacientes entender, que la verdadera teleasistencia es algo más complejo y que requiere de una tecnología y una familiarización con su uso que no puede improvisarse. Se necesita inversión y formación”.


Considera que si los profesionales hubieran estado más presentes en la toma de decisiones “hubiesen sido otras, y creo sinceramente que mejores, si se hubiese escuchado a los profesionales que luchaban día a día con el virus y sus consecuencias. Y a los numerosos expertos, de muchos ámbitos, que han ido aportando sus conocimientos, y a los que en principio no se tuvo en cuenta”.


Respecto a cómo han afrontado los profesionales los riesgos a los que se han enfrentado durante esta etapa, la Dra. Castro asegura que “la prevención de riesgos laborales asociados a esta pandemia ha merecido muchas objeciones y reproches, tantos que incluso algunos han venido por la vía de sentencia con condena a las administraciones que no procuraron los debidos equipos de protección a sus trabajadores. En los primeros días del estado de alarma, en mi caso concretamente, debía hacer los reconocimientos en las guardias con una simple mascarilla y un par de guantes. Y en el caso de las autopsias, aún peor...Ahora la situación es diferente, afortunadamente, pero no igual en todas las comunidades”.


La Dra. Castro concluye que la obligación de los profesionales a dar todo de sí en situaciones de inseguridad y desprotección como las que se han vivido podría terminar en el Código de Deontología, el Juramento Hipocrático y la legislación estatal y autonómica. Sin embargo, afirma que “la obligación de los médicos parte del compromiso ético y moral que se adquiere con el paciente y la profesión, así que pregunte al médico que pregunte, seguro que le dirá que nuestra obligación es también nuestro compromiso con los pacientes y con nuestro trabajo, aún en condiciones de inseguridad y desprotección como las vividas”.   Publicado el 23 de diciembre de 2020

noticia Colegio de Medicos Murcia