ISABEL MONTOYA MARTÍNEZ ES EX PRESIDENTA DEL COLEGIO DE MÉDICOS Y RECIBE NUESTRO PREMIO HIPÓCRATES 2020 A LA TRAYECTORIA PROFESIONAL

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La Dra. Isabel Montoya es pediatra y ha estado al frente del Colegio de Médicos de la Región de Murcia como presidente durante el periodo 2012-2020. Ha sido la primera mujer presidenta de la organización y recibe nuestro Premio Hipócrates 2020 a la trayectoria y dedicación profesional

 

 1. Ha recibido el premio Hipócrates 2020 del Colegio de Médicos a la trayectoria profesional. ¿Qué supone para usted este reconocimiento?

Al comunicármelo lo recibí con pudor, con sorpresa y con un inmenso agradecimiento.

Agradecimiento a la Junta Directiva del Colegio de Médicos, pues fue a iniciativa de sus miembros, incluida la Comisión Permanente, quienes me propusieron como candidata.

Desde luego, quiero compartir este premio con los premiados Hipócrates ya distinguidos en años anteriores es un honor. Considero que sus méritos son sobradamente mayores que los míos, pero sí comparto con ellos el amor, respeto y dedicación a la profesión de ser médico.

 

2. ¿Cómo ha evolucionado la profesión desde que empezó a ejercerla?   

Desde luego, desde el inicio de mi ejercicio como pediatra en Moratalla, la profesión ha cambiado mucho. Sobre todo, la accesibilidad a la información profesional, la actualización constante en conocimientos, la accesibilidad a pruebas diagnósticas, la historia clínica informatizada….

 

3. ¿Hacia dónde cree que va el futuro de la profesión?

La profesión ha de llevar el mismo desarrollo y cambios que afronta la sociedad en otros campos.

Avanzamos en conocimientos, ya que es posible trabajar en tiempo real con datos de todo el mundo, Big data, e-medicina, telemedicina… pero lo que no debe cambiar nunca en esta evolución es la relación médico paciente.

El paciente ha de confiar que su médico busca la mejor opción terapéutica para él, que le ofrecerá una información veraz y actualizada y que todo esto lo hará con la empatía necesaria.

El médico respetará la independencia del paciente sin verse presionado por él, compitiendo con el Dr. Google o por exigencias terapéuticas no indicadas o rentistas.

 

4. ¿Por qué Medicina?

Mi padre era enfermero de la generación de los “practicantes”. En esos tiempos, igual atendía un parto que se presentaba rápido, que curaba, ponía inyectables por todo el pueblo cada 8 o 12 horas… y siempre subido su bicicleta.

Siendo pequeña, yo viví ese ejercicio. Poder curar o aliviar a las personas me ilusionaba y motivaba y, al implantar la Facultad de Medicina en Murcia, tuve la oportunidad de hacerlo. De no ser así, habría estudiado Química, que era la licenciatura de Ciencias que ya se cursaba en Murcia.

 

4. ¿Dentro de la Medicina, por qué Pediatría?

Durante la carrera, fui alumna interna de la cátedra de Ginecología y Obstetricia -que dirigía el Dr. Abad-.

En ese tiempo, comprendí que una especialidad quirúrgica no era lo mío, así que opté por una especialidad médica como la Pediatría, en la que el sujeto de tu trabajo es lo más preciado dentro de la sociedad: los niños.

Me gustan los niños, ese milagro de la vida… Los ves crecer, los acompañas desde que nacen, junto a sus padres, y -de pronto- te ves atendiendo a los hijos de esos niños que ya conociste y atendiste en esa primera visita con una o dos semanas de vida.

 

5. ¿De sus años de ejercicio, guarda algún recuerdo o etapa especial?

Cada etapa ha tenido su peculiaridad. En mi primera etapa en Moratalla, viví casi la Medicina del siglo pasado: ejercía durante 24 horas, todos los días de la semana como pediatra única.

Allí, fui la primera mujer médico que ejerció en ese pueblo. Aún no estaba construido el Hospital Comarcal de Caravaca y las comunicaciones por carretera eran difíciles.

Enviar a un niño a Murcia en ambulancia no medicalizada suponía casi dos horas de viaje y había que sopesar mucho una derivación al hospital y, a su vez, hacerlo a tiempo.

Aún atendí una epidemia de sarampión en la que enfermaron muchos niños de la localidad.

Posteriormente, ejercí en Alhama de Murcia, con más medios y un equipo de compañeros. De esta etapa conservo entrañables amigos.

Más tarde lo hice en Santomera, ya integrada en un Equipo de Atención Primaria como pediatra. Aquí conté con el apoyo y trabajo en equipo del Dr. Cervantes y el resto de compañeros médicos de Familia.

 

6. En 2012 asumió la presidencia del Colegio de Médicos de la Región de Murcia, convirtiéndose en la primera mujer al frente de la organización. ¿Cómo ha sido abrir este camino?

Ya en ese año, la proporción de mujeres colegiadas era muy importante y la profesión tenía que aceptar que una mujer como presidenta era una necesidad, tal vez no expresada pero sí sentida.

Las mujeres médicas nos acercábamos al 50 por ciento de los colegiados y, actualmente, ya suponemos más de la mitad de los colegiados en activo.

Yo lo asumí con normalidad y durante mi presidencia, solo en muy escasas ocasiones, he recibido un trato más condescendiente no situándome de igual a igual con mi interlocutor.

Entiendo que -tanto mujeres como hombres- no podemos sobreactuar en razón de nuestro sexo.

Las decisiones las tomamos como profesionales, eso sí, con una mirada peculiar para enfocar problemas y soluciones.

7. Como bien dice, durante los últimos años, el número de médicas ha ido aumentando y, actualmente del total de colegiados casi la mitad son mujeres. ¿Qué supone la feminización para la profesión medica y como debe evolucionar la profesión para hacer frente a este fenómeno?

Como saben, actualmente hay que tener muy buen resultado en la prueba de la EBAU para acceder a Medicina y las chicas eligen Medicina en porcentajes que se acercan al 80 por ciento de las nuevas promociones.

Este hecho no cambiará de forma rápida. Costará que las mujeres se decanten por otras carreras más técnicas como las ingenierías, ciencias físicas…

Desde mi punto de vista, entiendo que la evolución que puede hacer la mujer viene dada por ese cambio necesario en toda la sociedad.

La mujer afronta un hecho incontestable, que es la maternidad, y en mi opinión, la mujer en nuestro medio no está condicionada para el ejercicio de la profesión por este hecho, pero sí lo esta por la maternidad, la crianza y cuidado.

En el ejercicio de la Medicina hay -en muchas ocasiones- jornadas largas y difíciles, sobre todo, en la atención continuada.

Soy consciente que hemos avanzado especialmente a nivel de Sanidad pública en la conciliación familiar pero aún hemos de seguir haciéndolo.

La sociedad ha de asumir la crianza o atención a dependientes como una labor corresponsable entre hombre y mujer y, desde luego, tiene su coste.

 

8. De su etapa como presidenta de los médicos de la Región de Murcia. ¿Cuál ha sido el proyecto más ilusionante?

Todos los objetivos que asumimos como Junta Directiva lo fueron. Yo reseñaría el plan de comunicación hacia la sociedad y pacientes para expresar, tanto a los colegiados como a la población, como trabajábamos desde el Colegio en beneficio de la profesión y de la sociedad, colaborando con la administración pública siempre que lo demandaba.

Otro objetivo muy querido fue la celebración del 120 aniversario de la creación de esta institución, poniendo de manifiesto el papel jugado por el Colegio de Médicos en estos 120 años, con una especial atención a su contribución a la creación de la Facultad de Medicina. Celebramos un acto al que asistieron autoridades civiles, académicas, colegiados, asociaciones de pacientes, ONG, otros colegios profesionales…

Tuvimos el privilegio de contar con la asistencia de todos los rectores de la Universidad de Murcia, pues ese año la Universidad recibió el premio Hipócrates a la contribución a la Medicina al celebrar el primer centenario de creación.

Otros proyectos ilusionantes fueron la puesta en marcha de los premios TFG a los alumnos de ambas facultades de Medicina de la Región de Murcia; la edición de los libros de casos clínicos para médicos residentes; la creación de las becas de ayuda predoctorales a residentes para estancias en el extranjero y que, posteriormente, ampliamos a estudios posdoctorales; las becas de ayuda para asistencia a congresos para residentes y las becas de ayuda para estudiantes de Medicina para asistencia a cursos de simulación clínica, entre otros.

También el objetivo continuado de luchar por la colegiación universal o la celebración del Congreso Nacional PAIME (Programa de Atención Integral al Médico Enfermo) del que se derivó la firma de un convenio de colaboración  con la Administración sanitaria para “cuidar del que nos cuida”.

 

 9. En una palabra, ¿cómo definiría sus ocho años de mandato?

Intensos.

 

10. ¿Qué consejos les daría a los residentes que han iniciado ahora su periodo de formación como especialistas?

Que no pierdan la mirada de la ilusión que los llevo a hacerse médicos, que no pierdan la razón fundamental y valiosa que tiene su ejercicio.

El valor intrínseco sobre el que ejerce el médico no es otro que curar y cuidar al paciente, a la persona.

Por esa razón, por lo preciado que es el sujeto de nuestro trabajo, la vida humana, no puede perder estas cualidades que quiero destacar: ilusión, competencia profesional, respeto y empatía.

 

Publicado el 27 de septiembre de 2021

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