La Dra. Isabel Hidalgo es especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Este año recibe el Premio Hipócrates del Colegio de Médicos a la trayectoria y dedicación profesional. Recogerá el galardón en la cena del Encuentro Colegial, el viernes 21 de junio, en el hotel La Torre Golf Resort

 1. Este año recibe el Premio Hipócrates 2019 del Colegio de Médicos a la trayectoria y dedicación profesional, ¿qué supone para usted este reconocimiento?

Una gran responsabilidad y un sentimiento de agobio. En un primer lugar, me planteé, qué podían haber visto, en mí, los compañeros que me proponían para este premio. Creí que era un error, pero enseguida pensé “¿qué puedo hacer para superarme?”, porque no creo que merezca más que lo que merecería cualquier médico que trabaja cada día con sus pacientes.

En segundo lugar, es un orgullo que mis propios compañeros piensen que hago una labor digna de premiar.

2. ¿Cómo ha evolucionado la profesión desde que empezó a ejercerla?

A mediados de la década de los 80, la Atención Primaria presentaba una situación con un modelo tradicional de muy escasos recursos. Yo solía decir que el Insalud, en ese momento, “nos daba el talonario de receta, la mesa y la silla y el resto lo pone el médico”. Existía una afluencia importante de pacientes.

Todo se hacía de forma manual, con consultas compartidas y un tiempo  de 2,5 horas, pasadas las cuales te tenías que ir para que entrara el compañero. No teníamos acceso a ninguna prueba complementaria en el propio ambulatorio. Además, en el pueblo en el que me bauticé como médico, era la primera médica y los pacientes no me dejaban explorarles ni auscultarles.  Todo esto hizo que, rápidamente, volviera a la universidad a investigar e impartir clases.

3. ¿Hacia dónde va el futuro de la Profesión?

Espero que en el ámbito de la Atención Primaria, que es mi entorno natural, vaya encaminada hacia la atención centrada en el paciente, el desarrollo de las actividades preventivas y centradas en la comunidad, más tiempo para dedicar a los pacientes en la consulta y más recursos económicos y materiales que aumenten la capacidad resolutiva, por ejemplo, la ecografía.

4. ¿Por qué Medicina?

No lo sé con seguridad. No hay antecedentes próximos de médicos en mi familia y tampoco lo expresé nunca. Digamos que mis estudios se fueron encaminando hacia las ciencias y cuando acabé Selectividad y mi padre me preguntó en qué me quería matricular, le dije “yo, en Medicina”.

5. Y dentro de la Medicina, ¿por qué Medicina de Familia?

Siempre me había gustado mucho la docencia y la investigación, así que eso es lo que hice desde el principio. Pero el sueldo era escaso y necesitaba invertir los veranos y las vacaciones en hacer sustituciones y conseguir dinero para el resto del año.

Descubrí uno de los primeros centros de salud que se formó, con un equipo de gente joven de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria. Ellos mismos interpretaban los ECG en el centro de salud, desde las 8 hasta las 15 horas, hacían sesiones,  tenían historias clínicas para cada paciente y con posibilidad y tiempo para explorar y ya conocían hasta las últimas novedades de entrevista clínica motivacional centrada en la persona. Entonces, decidí que ese modelo podía ser mi futuro como médico. Acabé mi tesis, me examiné del MIR y… hasta ahora.

6. De los años que lleva en el ejercicio activo… ¿algún recuerdo o etapa especial?

Destacaría tres. La primera etapa especial se remonta a cuando empecé a trabajar como médico de familia en el centro de salud de Goya. La segunda, todo el tiempo que he pasado formando residentes. Y la última, cuando comenzamos a tener estudiantes de Medicina en su rotatorio de sexto curso por Atención Primaria. Por primera vez, volvía a estar en lo que, para mí, es la situación ideal como médico asistencial y docente: profesor asociado de Medicina de Familia en la universidad.

7. ¿Qué consejo le daría a los residentes que empiezan ahora su periodo de formación como especialistas?

El MIR una etapa muy importante e irrepetible, que está acotada en el espacio y en el tiempo. Es un territorio protegido, en el que el residente tiene una responsabilidad supervisada que va en aumento. Les aconsejo que aprovechen mucho el tiempo, que expriman a sus tutores en todo lo que tengan dudas y que estudien mucho. La residencia es un tiempo de desarrollo personal y profesional.

8. Si no hubiese sido médico, ¿qué hubiese sido?

Eso lo tengo muy claro desde que tomé la decisión de ser médico y espero poder conseguirlo cuando me jubile. Me gustaría estudiar arte en profundidad, sobre todo la arquitectura y la pintura del periodo románico y estudiarla, en directo, sin limitación de tiempo.

Información publicada el 4 de junio de 2019