DR. MIGUEL MARÍN-PADILLA: “ME JUBILÉ HACE 15 AÑOS Y ME LLEVÉ EL LABORATORIO AL SÓTANO DE MI CASA. UN INVESTIGADOR SE JUBILA DE SU TRABAJO PERO NUNCA DE SU CARRERA”

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El Dr. Marín-Padilla, jumillano de nacimiento, es Catedrático Emérito de Patología y Pediatría de la Geisel Medical School, del Darmouth College, en Hanover, New Hampshire, Estados Unidos. Ha hecho descubrimientos que han cambiado la neurociencia, trabajando con el método de Santiago Ramón y Cajal. Esta tarde imparte una conferencia sobre el cerebro humano en el Museo Arqueológico, organizada por la Real Academia de Medicina y Cirugía de Murcia, a las siete y media de la tarde


1. Imparte una conferencia sobre el sistema microvascular del cerebro humano: desarrollo, compartimentos y función…

 

Se trata de tres preguntas que yo formulo: de dónde vienen los vasos que entran en el cerebro, cómo entran y qué hacen una vez que ya están dentro, es decir, qué territorio establecen. Tres preguntas sencillas pero de las que se sabe muy poco. He podido contestar a  esas tres preguntas después de mucho trabajo, mucho estudio y he podido responder a estas tres cuestiones por primera vez en toda la historia y conocer qué vasos se intercambian con la neurona y los que solamente transportan la sangre, que son dos sistemas totalmente distintos. La neurona necesita estar muy cerca del capilar, y después tiene otra célula, que es la glía, que transmite al capilar lo que la neurona quiere, es decir, cuando la neurona empieza a trabajar, la célula glía lo sabe, estimula el capilar y los flujos de sangre entran en esa región.

 

2. Desde hace 58 años se dedica a la investigación… ¿cuáles han sido las conclusiones más importantes de su carrera?

 

Yo descubrí una neurona, que es la neurona inhibidora más importante del cerebro, que produce contacto con las neuronas piramidales grandes, que son las excitadoras, y controlan su función. También he estudiado muchos otros tipos de neuronas importantes en el cerebro, como la que descubrieron Cajal y Risio hace más de 100 años, pero que ha sido controversaria y nadie sabe lo que es todavía, a través del desarrollo del cerebro desde las seis semanas de embarazo hasta el nacimiento. Tengo cerca de 5000 cortes de cerebro humano y he podido seguir el desarrollo de esta neurona a lo largo de todo ese tiempo.

 

3. ¿Por qué quiso investigar el cerebro humano?

 

Yo era pediatra en Cartagena y me interesaba estudiar a los niños. Cartagena en aquel año, 1956, era horrible. Había hambre, pobreza, analfabetismo, ignorancia masiva… y yo no quería eso para mí. Me lié la manta a la cabeza y me fui a América. Pasé dos años muy malos pero siempre me decía a mi mismo que yo era pediatra, que sabía lo que hacía y lo que quería estudiar y que iba a poner en práctica todo ese conocimiento. He sido profesor y soy Profesor Emérito de Anatomía Patológica y Pediatría de la Universidad de Darmouth, una universidad que fue la cuarta fundada en los Estados Unidos. Acabé allí porque fui a un Congreso, paseé por ese pueblo y me gustó. Intenté quedarme allí y lo conseguí. Me dieron un puesto de trabajo, que al principio no era muy bueno, y desde entonces sigo allí. Me jubilé hace quince años pero me llevé mi laboratorio al sótano de mi casa. Allí tengo todas mis preparaciones, mi microscopio… yo lo llamo mi Sancta Sanctórum y cuando tengo alguna duda acudo allí.

 

5. Un investigador, ¿nunca se jubila?

 

Se jubila del trabajo pero no de la carrera. Yo me jubilé del trabajo que yo tenía y ya cumplí con las responsabilidades del mismo, pero nunca me retiré de mi carrera, ya que continúa activa en mi cerebro. Desde que me jubilé he publicado 15 trabajos y un libro, en casa, alejado de todos los problemas que tiene una institución y sin preocupaciones.

 

6. ¿Hacia dónde va a evolucionar el cerebro humano?

 

Andamos que no sabemos lo que hay. No creo que sepamos más de lo que sabía Cajal hace 100 años, pero ahora contamos con millones de trabajos al respecto. El concepto y el método de Cajal de estudiar la estructura cerebral desaparecen cuando llegan las técnicas modernas y lo acaparan todo. Yo quería ponerme en los ojos de Cajal y por eso estuve, con una beca americana, en el Instituto Ramón y Cajal estudiando su trabajo. Tenemos que volver a la base de estudiar qué es el cerebro y a ese método, porque es la única manera de aprender. Yo me lo pregunto siempre, qué es el cerebro y cómo está organizado, cómo se conecta, qué tipo de neuronas hay y cómo se hablan unas con otras. Al no saber eso, desconocemos qué es la epilesia, el Alzheimer, el autismo…  Actualmente, estamos metidos dentro de una pequeña región y estudiamos ese pedazo, lo hacemos bien y sabemos más que nadie, pero no conocemos esa región relacionada con el resto y la esencia la perdemos. Conocemos perfectamente la estructura del riñón, el pulmón, el hígado… Podemos jugar con ellos, quitar un pedazo, poner otro… pero en el cerebro no porque no sabemos nada de él.

 

7. ¿Y por qué?

 

Porque es muy difícil. Llevo casi 60 años estudiándolo y solamente conozco una pequeña región, que es la región motora, la que yo decidí estudiar. Se necesitan investigadores que dediquen su vida entera a estudiar las distintas regiones y eso es muy difícil hacerlo. Nadie se atreve.

 

8. ¿Y hacia dónde van a evolucionar las técnicas de investigación del cerebro humano?

 

Con las técnicas modernas van a seguir evolucionando y cada vez estudiarán regiones más pequeñas. Por ejemplo, se ha hecho un estudio reciente precioso sobre las sinapsis en un pedazo de neurona, pero hay que estudiar la estructura completa. Ese es mi concepto y es el concepto de Cajal con su método. Las nuevas tecnologías avanzaron, pero no hemos aprendido mucho a pesar de ello.

 

El cerebro es una máquina divina, de gran belleza, pero hay que saber utilizarlo. Si no, las neuronas tristemente se mueren. Conozco muy poco el cerebro pero creo entender lo que necesitamos para saber la estructura, sus malformaciones y, sobre todo, por qué se enferma.

 

9. Usted se marchó a Estados Unidos hace muchos años pero actualmente también estamos asistiendo a un éxodo de científicos que tienen que marcharse fuera de España para poder llevar a cabo sus proyectos dados la falta de inversión y apoyos en nuestro país…

 

Es de una tristeza alarmante porque esa circunstancia retrasa el desarrollo. Es inconcebible y lo que están haciendo es que todo el mundo se vaya. Yo intenté volver muchas veces, al principio, pero venía y me llevaba una desilusión. Necesitas demasiadas cosas y te piden demasiadas cosas. Norteamérica es un país de una gran nobleza, en el que si sabes lo que quieres hacer y presentas un proyecto sólido, te van a ayudar sin pedirte absolutamente nada. Cuando yo empecé a recibir las ayudas era todavía ciudadano español y no hubo nunca preguntas, solo un proyecto que si se aprobaba, salía adelante. He tenido becas durante toda mi carrera y, al final, incluso recibí el premio más grande que se le otorga a los científicos en América, que es el Jacob Javits Neuroscience Investigator Award, lo que significa también un reconocimiento al trabajo de los científicos que no se produce en otros países.

 

 10. ¿Qué espera transmitirle a las personas que acudan a escucharlo a la conferencia?


Ilusión por aprender. Que su cerebro no se reduzca a seguir la vida cotidiana y tenga curiosidad por saber. Hay una gran belleza en conocer y aprender. No hay nada más bonito que se compare con poder decir “entiendo esto”. Para mí eso es muy importante. Tenemos todo a nuestro alcance y solo nos falta alimentar el cerebro con curiosidad y entendimiento y lo puede hacer cualquiera.

 

Información publicada el 7 de mayo de 2015

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